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Una vocación al servicio de la vida... en clave sinodal






UNA VOCACIÓN AL SERVICIO DE LA VIDA… EN CLAVE SINODAL

Reflexionar a la luz de la fe cristiana, nos introduce en el misterio de aquel hombre sensible al sufrimiento ajeno, que “se conmueve” ante la desgracia del prójimo para socorrerlo en su necesidad. A veces esta compasión es la única o principal manifestación de amor y de solidaridad hacia el hombre que sufre, transformándose en signo esperanzador.

La Carta Pastoral con motivo del inicio del I Sínodo de la Arquidiócesis de la Santísima Trinidad de Buenos Aires 2017-2020, nos introduce en “hacer juntos el camino”. Como médicos católicos queremos acompañar a los consagrados, pastoral de la salud y entidades dedicadas a la protección de niños, jóvenes y ancianos, como sacramento de presencia junto a los enfermos y a los que sufren, haciéndolo en comunión con las instituciones de salud y con la comunidad.

La actividad de los profesionales de la salud tiene el alto valor del servicio a la vida. Es la expresión de un empeño profundamente humano y cristiano, asumido y desarrollado como actividad no sólo técnica sino de un entregarse total e incondicional.

Humanizar la conciencia de todos aquellos que atienden y cuidan a los enfermos, supone hacerse cargo de una fragilidad en su totalidad, fundada en una relación interpersonal marcada por el sufrimiento y el dolor de un hombre enfermo y la confianza en aquel que puede hacerse cargo de la realidad que presenta, para asistirlo y acompañarlo.

El Cardenal Mario Aurelio Poli, Arzobispo de Buenos Aires, nos presenta en la Carta Pastoral de referencia, una de las imágenes que comparte el papa Francisco en el Sínodo de la Familia y es la de considerar a la Iglesia servidora “como una pirámide invertida, en la cual la cima se encuentra por debajo de la base y quienes ejercen la autoridad se llaman “ministros”: porque, según el significado originario de la palabra, son los más pequeños de todos.”

Asimismo presenta la palabra “escuchar” no solo para referirse a un oído atento sino para abrir el corazón, señalando que “para escuchar bien a los hermanos hace falta reconocer que el único camino consiste en aprender a encontrarse con los demás, acercarse a sus vidas y sus cosas con la actitud adecuada, sin prejuicios y con un lenguaje claro y cordial, además de valorarlos y aceptarlos como compañeros de camino, sin resistencias internas.” [Carta Pastoral I Sínodo Arquidiócesis Buenos Aires. Punto19. 20.22]

Como profesionales de la salud tenemos presente que escuchar es un principio básico en una relación de ayuda y que profundizar en las destrezas y habilidades, es motivo de análisis para ser consideradas en el momento oportuno de su aplicación.

Nos unimos al deseo de nuestro Arzobispo, invocando la protección de Nuestra Señora de Buenos Aires y la intercesión de San Martín de Tours, patrono de la Arquidiócesis para pedir que nada nos sea indiferente de los hermanos que encontremos en el camino sinodal.

Dra. Raquel Bolton

Presidente del C.M.C de Buenos Aires



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