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Una vez más, Dios nos regala de su amor: ¡Feliz Pascua de Resurrección!

A los colegas médicos, en esta Pascua 

Dr. Fabián Romano


Tras vivir una semana que nos invita a reflexionar y a encontrarnos con nuestro interior, la Iglesia finaliza este tiempo con una esperanza, Dios cumple con su promesa de salvación en la resurrección de su hijo muy amado. 

Un día que nos convoca a pensar en nuestro actuar cotidiano, en especial en el ejercicio de nuestra profesión. 

Desde la visión médica, morir es un momento especialísimo, el cual conocemos muy bien por medio de la biología, pero que no se agota en ella. Aunque la muerte siga representando para los hombres de ciencia un misterio, la fe nos convoca a pensarla desde otra dimensión, mucho más amplia que la pérdida de la vida física. Nos enfrentamos a un momento en que el ejercicio de la vocación va más allá de tratar una enfermedad y sosegar al dolor. 

Aquí se despliegan acciones humanas que nos permiten completar nuestra praxis con todo lo que nuestro interior encierra y quiere compartir con cada ser humano. Es entonces cuando descubrimos que, además de ser médicos de ciencia, la medicina se puede ejercer con acompañamiento, cuidado, compasión y contención. 

Y en todo esto se encuentra el amor. En esta semana santa podemos descubrir cómo se deja reflejar claramente el amor de un hombre por la humanidad entera. Desde todo punto de vista en que lo podamos relacionar. La flagelación, el dolor insoportable, la sangre, el insulto, la vergüenza de la desnudez, el ser juzgado, la soledad, las lágrimas y tantas miserias y angustias humanas, las cuales culminan con la muerte física. Qué disyuntiva aparenta ser esta situación, cuando sabemos perfectamente que, Él “pasó haciendo el bien...” 

Pero Dios va más allá de ese momento, sobrepasa la lógica de nuestra razón y nos muestra que amó tanto a su Hijo que lo devuelve a la vida, de una manera imposible para los humanos. 

Entendemos entonces que el amor es quien mueve al mundo. El amor que sólo se entiende con el tiempo y la tolerancia. Aquel que es capaz de dar todo por el otro. 

Queridos colegas, que la vivencia de esta semana santa que culmina con la Pascua sea para cada uno de nosotros un espacio de reflexión, de revalorar nuestra profesión, de jerarquizar nuestra tarea, para que no olvidemos que detrás de cada paciente, hay un ser humano sufriente que espera de nosotros, con una mirada esperanzadora que no se agota en el servicio de la medicina, sino que busca en el médico una actitud amorosa que sea capaz de calmar y aliviar el sufrimiento. 

Una vez más, Dios nos regala de su amor. 

Feliz Pascua de Resurrección. 


Dr. Fabián Romano







 

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