CONSEJO ACADÉMICO DE ÉTICA EN MEDICINA DE LA
ACADEMIA NACIONAL DE MEDICINA
Jornada “Objeción de Conciencia”
Dra. Elena R. Passo
Siempre ha ocurrido y seguirá ocurriendo, que existan diferentes corrientes ideológicas que basadas en criterios provisorios y circunstanciales tratan de imponerse a la sociedad. Se las identifica fácilmente porque sus apreciaciones son mutables, no buscan el bien integral del hombre y carecen de la impronta de la trascendencia.
El valor de la vida y la integridad del ser humano son menoscabados en la realidad cotidiana. Primero se instala en el espíritu humano, luego en la sociedad y finalmente se plasma en leyes el desprecio por la dignidad humana. Como ejemplos podemos mencionar la implementación del aborto, la eutanasia, la manipulación realizada sobre embriones humanos, las técnicas de esterilización y el listado puede proseguir…
En este contexto de desarraigo de humanidad, los médicos y todos los integrantes de los equipos de salud son interpelados. Surge entonces como primera pregunta: ¿Que vemos los médicos cuando miramos al enfermo? ¿Vemos a un ser humano que tiene derecho a la vida?
¿Vemos a una persona a la cual asistiremos teniendo en cuenta su realidad integral?
¿Podemos ver a un ser creado con un fin trascendente?
O por el contrario, ¿es una visión deshumanizada que se limita a descubrir en el otro sólo un objeto de uso instrumental?
En función de la mirada que tengamos sobre la persona del enfermo será la medicina que le brindaremos.
¿Será una medicina enraizada en la verdad o una medicina ideológica?
Una medicina enraizada en la verdad es aquella que se basa en la inviolabilidad de la dignidad humana, en considerar al hombre en su esencia, en aquello que lo identifica como tal y que es universal. La verdad es que el valor hombre es absoluto e intangible.
Entendida así, esta medicina tiene un valor especial para el profesional de la salud, ya que es la que ratifica la identidad de la persona del médico y es la que le permitirá la re- significación de su dignidad.
¿Puede una ley ser injusta?
En efecto, puede darse -de la misma forma en que ocurre en el ejercicio de la medicina- una distorsión al ser sancionada una ley.
La ley tiene como finalidad crear las condiciones objetivas para la eticidad de cada uno y para la realización de cada persona. Para que ésta tenga autenticidad jurídica tiene que estar en concordancia con la ley natural y la búsqueda del bien común y no sujeta a valores establecidos por la opinión consensuada de la mayoría.
¿En el caso de una ley positiva injusta cual es la obligación moral del médico?
Toda acción que desconoce la dignidad humana y compromete la vida y la integridad humana es intrínsecamente una manifestación de violencia.
Ante el requerimiento -legalizado o no- de ser partícipe o actor en la misma es un derecho y una obligación la objeción de conciencia.
¿Pueden leyes injustas horadar los cimientos de la democracia?
Una sociedad se rige por normas democráticas cuando la dignidad humana de todos es tenida como el valor fundamental que rige la vida de sus miembros; siendo el derecho a la vida y a la integridad el que en primer lugar se debe preservar.
Cuando la verdad objetiva que debe cimentar la legislación es desconocida y se presentan en su lugar opiniones de las ideologías dominantes se dan necesariamente situaciones de violencia que al menos inicialmente, afectan a los más vulnerables. Legalizadas o no, son en sí situaciones de injusticia, que horadan los cimientos de una sociedad democrática y para los ciudadanos ser partícipes de estas acciones es contraria a la propia dignidad.
¿Qué hacer frente a esta falta de democracia real?
La respuesta está en el compromiso con la vida y el bien integral de todos: hablamos de respetar la dignidad de la persona del paciente y del médico.
Ante esta precarización de la democracia y la violencia que ello implica no queda alternativa, debemos elegir. Actuar en conciencia es transcender el reto de la injusticia, al convertirse cada uno en un instrumento de la paz, cuya misión será llevar la verdad a donde prevalece el error.
¿Por qué actuar en conciencia permite la re-significación y la paz interior de los integrantes de los equipos de salud?
Por conciencia se entiende el juicio racional, más o menos sistemático o intuitivo, sobre el valor de una determinada acción. El valor moral se fundamenta entonces en la verdad ontológica.
Actuar en conciencia tiene una acción liberadora ya que sólo es la propia conciencia la que marca las pautas de la acción y el hombre se desprende de las presiones del medio.
Existen situaciones - aun en países que se consideran de regímenes democráticos - donde incluso a través de formas legisladas o no, ocurren acciones que desconocen la dignidad del hombre. Hay leyes injustas, que no sólo violan la dignidad de los hombres hacia los cuales están dirigidas, sino que buscan hacer cómplices de una acción ilícita a otras personas. El hombre en esta falsa democracia se convierte en esclavo del propio hombre en un estado donde coexisten diferentes categorías de seres humanos.
Cuando se toma conciencia que obedecer leyes injustas es contrario a la propia dignidad sólo es posible el camino de la libertad, única forma que permite no ser marioneta de una corriente ideológica signada por la tiranía.
No esperemos como médicos ser tratados en forma diferente al trato que reciben seres humanos vulnerables confiados a nuestro cuidado.
No existen saltos en la dignidad humana; cuando como sociedad permitimos que una parte de los ciudadanos sean considerados de categoría “subhumana”, descartables o desechables por ser gravosos al sistema, sólo es cuestión de tiempo para que esta pendiente resbaladiza abarque a otros. Y, el médico aquí, ya es el otro.
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