Te pedimos, Madre Santísima, bajo la advocación de Nuestra Señora de Luján, que tu bendición acompañe nuestra vocación de médicos al servicio de la vida.
Que tu Inmaculado Corazón triunfe a través de nosotros y de nuestra profesión médica, acompañando nuestro caminar junto a la Iglesia de nuestra Arquidiócesis de Buenos Aires.
Que nuestra vida y nuestra profesión estén al servicio de tu Inmaculado Corazón, pidiendo ser testimonio de un amor misericordioso que se inclina para abrazar y besar la fragilidad humana.
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